Son fan de los Steelers desde el 23 de diciembre de 1972, día de la Inmaculada Recepción. Durante este juego contra los Oakland Riders (el primero que vi, a los 9 años, de este fabuloso deporte) vi a un equipo aguerrido que no se daba por vencido. Como muchos otros, rece para que en esa última jugada ocurriera un milagro. Y no solo presencie el milagro. En ese juego viví también el nacimiento de una dinastía, así como de una de las rivalidades mas excitantes de la NFL.
Desde entonces estoy con mis Steelers hasta la muerte. He vivido sus épocas de gloria, sus malas temporadas y sus reconstrucciones posteriores.
Vivi la vergonzosa derrota ante los acérrimos Dallas Cowboys en el Super Bowl XXX. Sin embargo, lo que esta pasando este año no tiene comparación.
Mi mayor deseo es que sigan como van, para ver si por fin se dan cuenta de que Mike Tomlin fue un error. Tomlin insiste en mantener a Todd Haley como coordinador ofensivo a pesar de que no es secreto para nadie que, en su afán de demostrar el poder que el puesto le confiere, quiere someter a Roethlisberger a un plan de juego que va en contra de sus habilidades naturales. Lo he publicado antes: Tomlin llegó y ganó el Superbowl gracias a la inercia del trabajo de Bill Cowher. Una vez que terminó esa inercia comenzó la tendencia de a donde llevaría al equipo el trabajo de Mike Tomlin. Hoy lo estamos viendo: 7 juegos perdidos de manera consecutiva. El equipo debió quedar en manos de Ken Wisenhunt. Recuerden que el coordinador ofensivo con Cowher llevo, en solo un año, a los Arizona Cardinals al Superbowl y si perdieron (ganaban en el ultimo minuto), fue gracias al espíritu aguerrido del equipo, a la Cortina de Acero comandada por el genio Dick LeBeau (Tomlin quería modificar la defensiva, pero recibió la orden de que no la tocara), a una genialidad de Roethlisberger (cuando aun no le ataban las manos) y a la magnífica recepción de Santonio Holmes.
Con todo el dolor de mi corazón de Acero, espero que el equipo siga como va para ver si así por fin echan al inepto Tomlin que, como lo dije una vez, no tiene el genio estratégico de Chuck Noll ni la fuerza motivadora de Bill Cowher. El sello de Tomlin es el actual funcionamiento del equipo: medroso, errático, sin carácter.
El equipo necesita reconstruirse, pero no creo que Mike Tomlin sea el indicado para lograrlo.