miércoles, 28 de mayo de 2014

Aristegui-Gómez Leyva

En mis andanzas de muchos años en actividades relacionadas con el periodismo, tuve la oportunidad de ver surgir y seguir la trayectoria de muchos comunicadores. Cuatro de ellos se ganaron mi respeto y mi admiración. Dos parejas que tuvieron en común hacer mancuerna. Dos mujeres y dos hombres. Me refiero a Denise Maerker y Ciro Gómez Leyva y a Carmen Aristegui  y Javier Solórzano. En su trabajo en pareja mantenían el contrapeso  necesario y suficiente para lograr la sinergia en su trabajo. Polémicos, combativos, objetivos, enérgicos, equilibrados. Tales eran las cualidades que nos entregaban cada noche,  Denise y Ciro en  CNI/Canal 40, y Carmen y Javier, primero con Aristegui-Solórzano en Canal 52 y después en Televisa con Circulo Rojo en donde lograron entrevistar a Brozo cuando aun pertenecía a Canal 40.

Años después, Aristegui y Solórzano se embarcaron en una aventura empresarial con Pedro Ferriz de Con en Grupo Imagen en una muestra más de que a intelectualidad y la política caminan en sentido contrario. Porque Ferriz de Con mas que comunicador o empresario, es un político y así se ha movido siempre. El reconocimiento que tiene es más a partir de las relaciones y el camino que le allanó su padre que a su talento, y cuya caída recuerda a la del tristemente célebre ex director de Excélsior,  Regino Díaz Redondo. El primero le aposto al poder que no llegó, y el segundo al poder que se fue.
Al separarse, Aristegui emprendió el camino que la tiene como la más importante periodista de México y Solórzano, siempre de perfil más bajo, se mantiene en medios menores.

Denise y Ciro siguieron compartiendo espacios y medios: Milenio Televisión, Televisa y Radio Formula.

Es de destacar que fueron ellos quienes destaparon en 1997, el escándalo de Marcial Maciel y los Legionarios de Cristo al presentar testimonios de víctimas del sacerdote en el  programa Realidades de CNI/Canal 40, y que trajo como efecto un boicot comercial y la posterior y  fallida alianza comercial con TV Azteca que terminó en el famoso “Chiquihuitazo”: la toma de las instalaciones por parte de la televisora del Ajusco .

Fue en esta época que tuve la oportunidad de conocer a Ciro Gómez Leyva. Coincidimos en el lobby del Hotel Four Seasons. Asistía yo a un evento social y Ciro a una reunión de gobernadores. Me acerque a saludarlo y le expresé mi respeto y admiración por su valiente postura frente al conflicto con TV Azteca. Conversamos algunos minutos. Me agradeció y me estrechó la mano.
Actualmente, los Legionarios de Cristo reconocen y aceptan que las acusaciones a su líder no eran infundios inventadados  con la intención de manchar la reputación , el prestigio y la “santidad” de su líder. El Vaticano, mediante un comunicado, oficializó en 2006 la caída  del padre Maciel.  Le solicitó renunciar a un proceso canónico, así como retirarse  a una vida de oración y penitencia. Y fue, con mucho, gracias al trabajo periodístico de Ciro y su equipo.
Hoy, Carmen Aristegui y Ciro Gómez Leyva se encuentran enfrentados por  el vergonzoso caso de Cuauhtémoc Gutiérrez, líder del PRI en el Distrito Federal. Al parecer, las pruebas que se han presentado le dan la razón a Aristegui. Ciro está del otro lado. El manejo y la apertura que ha dado a las pruebas (burdas, en palabras de Carmen)  presentadas en su espacio me hacen pensar que Ciro está del lado contario del que estaba cuando destapo el escándalo de Marcial Maciel.
Es inexplicable que ésta vez Ciro esté del “lado oscuro”, Quizás se le acabaron las convicciones. Quizás se cansó de buscar la verdad. Tal vez están abusando de su buena fe, o tal vez, en el juego perverso del rating,  solo está recibiendo línea de la emisora en el afán de no quedarse fuera de la guerra mediática (y publicitaria) que resulta del caso.
Yo solo espero que el trabajo de Aristegui ayude, como ayudó el de Gómez Leyva en el caso de los Legionarios de Cristo, para que la verdad salga a la luz.

martes, 20 de mayo de 2014

María Fernanda Balderas Sánchez

Desde pequeña mostró habilidades deportivas. A los 3 años practicó tae kwan do. A los 5 su entrenador nos dijo que tenía potencial. Quería llevarla a competencias a nivel nacional. No se pudo. No podíamos acompañarla. También practicó la natación y tuvo un fugaz romance con el basquetbol a raíz de la película Space Jam: se creía Lola Bunny. No le gusta el futbol pero es Puma por tradición familiar y fan de los Pittsburgh Steelers por la misma razón.

Convencido de que la práctica de un deporte de conjunto es importante en la formación de las personas, me inquietaba que durante los últimos años de la primaria y los primeros de secundaria no mostrara interés en ninguno.. Las opciones eran varias: futbol, basquetbol, tochito bandera. Ninguno la convencía. Supe, tiempo después, que tiene una inexplicable aversión a los balones.

En el primer año de preparatoria se formó en la escuela un grupo de animación. El  ingreso de Fer al equipo fue casualidad. Acompañó a una amiga que quería inscribirse y ya estando allí la invitaron a formar parte. Al final, su amiga no se quedó y Fer se enamoró de inmediato de éste deporte. Desde luego, dada su complexión,  y sobre todo su valor, tenía que ser “flyer”. Bety, la entrenadora (y su mamá porrista, como Fer la llama), le enseño las bases de esta disciplina. Al cambiar de escuela, el que la nueva prepa contara con equipo de animación fue factor decisivo. Se integró de inmediato.

Dos semanas después el coach Alejandro Albavera se hizo cargo del equipo. Le impuso su personalidad y a base de exigir rigor y disciplina en la ejecución de las rutinas, y responsabilidad en cuanto a  asistencia y comportamiento, lo ha guíado ser el mejor en sus categorías. A los dos meses lo llevó a ganar el Subcampeonato Nacional (2011) de la Organización Nacional de Porristas. De allí en adelante el equipo ha tenido un triunfo tras otro: 2 Campeonatos Metropolitanos ONP  (2012 y 2013), 2 Campeonatos Nacionales ONP (2012 y 2013) y 2 Campeonatos Internacionales de COP Brands (2013 y 2014).

Por supuesto, tanto su mamá como yo, la admiramos y nos sentimos orgullosos de ser sus padres.