
La primera
carrera en mi memoria es el Gran Premio de Mónaco que se llevó a cabo un día
después de mi cumpleaños número 12, el 11 de mayo de 1975, y fue el austriaco
Niki Lauda en su Ferrari quien llegó en primer lugar. No sé si fue por que ganó,
o por cómo lo definían los comentaristas deportivos (inteligente, frío, no
corría riesgos innecesarios), el caso es que hice de Niki Lauda mi piloto
favorito. En mi opinión, un visionario con una gran intuición.

Viví también
la excitante rivalidad que tuvo con el británico James Hunt, muy bien narrada
en la película Rush: Pasión y Gloria (Ron Howard, 2013).
Ante el
retiro de Niki Lauda en 1985, y quizás porque tenía las mismas características
que éste, Alan Prost se convirtió en mi nuevo piloto favorito.
Así como
Lauda tuvo su contraparte en James Hunt, Prost la tuvo en Ayrton Senna, con
quien también tuvo una apasionante rivalidad.
Debo
confesar que después de ver el documental Senna (Asif Kapadia, 2010), mi visión
de ambos cambió. Prost era un político que
era piloto. Senna, un deportista que era piloto. La imagen que tenía de aquel
se empequeñeció, y la que tenía de éste, se engrandeció.
Entusiasmado
ante la noticia de que se volvería a correr el Gran Premio de México, me dije
que tenía que estar allí. De los 7 grandes premios que se corrieron en el
Autódromo de los Hermanos Rodríguez entre 1986 y 1992, asistí a tres. De ellos,
el único que me viene claramente a la memoria, es el de 1990 en donde me tocó
ver, (al igual que a Lauda en 1975), ganar a Alan Prost, mi piloto favorito, también
con la escudería Ferrari. Una experiencia que tuve la oportunidad de vivir con
mi hijo Jorge que tenía entonces cuatro años.


Ante el
retiro de Alan Prost en 1993, mis ojos voltearon, sin mucho entusiasmo, hacia
el finlandés Mika Hakkinen. Los pilotos de Ferrari en esos años tampoco me atraían
gran cosa. Mi antipatía por Michael Schumacher, (Lauda fue contratado como
asesor técnico en Ferrari. Su primera sugerencia: contratar al alemán), hizo
que mi interés en la Formula 1 en los años posteriores fuera más bien tibia.

