domingo, 13 de mayo de 2018

Su hijo veinteañero jugaba como portero todos los domingos en la FES Acatlán. El salía a trabajar muy temprano y regresaba alrededor de medio día. Uno de esos domingos, a punto de salir de la oficina, cayó en cuenta que había olvidado las llaves de su casa. Se comunicó con su hijo, quien le dijo que ya estaba en la FES.
- Voy para allá para que me prestes las tuyas - le dijo.
Llegó recién iniciado el segundo tiempo. Era un equipo de jóvenes, mezcla de trabajadores y estudiantes que no encontraban tiempo para reunirse a entrenar, así que solo se veían cada semana para jugar. Se dispuso a esperar que terminara el juego. Se entretuvo mirando el partido y, como todo hombre que haya jugado, deseó saltar a la cancha. Le llamó la atencion que cometían errores básicos de atención.
Dada su obsesivo afán por la organizacion, preguntó a los de la banca:
- ¿Quién es el 8? ¿Y el 3? -
- Gustavo y "Pillo" - le respondieron.
Comenzó a vociferar y a gesticular:
- ¡ Gustavo! ¡Clávate! - al delantero.
- ¡Pillo! ¡No des tanto espacio, mídelo! ¡Te está ganando la espalda! - al defensa lateral.
- ¿Y el 14? -
- Dany -
- ¡Dany! ¡Toca al espacio! ¡Suelta el balón! -
Se sorprendió que atendieran sus indicaciones, así que de repente estaba intentando dirigir a los chavos.
No sabía nada de fútbol, sus indicaciones eran de lógica elemental: tocar el balón, crear espacios, medir la velocidad y habilidad del adversario.
Al término del juego su hijo lo presentó y él se disculpó por la intromisión.
- No don, estuvo bien. Debería venir cada semana - le dijo el "guero".
- Pues si todos están de acuerdo, por mí encantado - respondió.
Todos asintieron.
Así que todos los domingos se daba tiempo para ir a al juego.
A pesar que ya pertenecía a la sub 45, tuvo la oportunidad de participar en algunos juegos cuando no se completaba el equipo. En uno anotó de chiripa y en otro, por puro instinto, ejecutó la "ruleta" de Zidane...

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