viernes, 26 de mayo de 2017

La abuela

Desde niña no tuvo problema para expresar sus emociones, molestias y desacuerdos. No se callaba las cosas ni siquiera con sus padres, quienes no se quejaban pues la habían educado así. Su abuela, mujer de afanes controladores y censores, y en muchos sentidos enemiga de la libertad, no la aceptaba del todo. Por lo mismo no ocultaba su preferencia por su prima, al fin más dócil. Y ya fuera a través de sus perros, sus padres, su vestimenta, sus gustos, o en gestos que pudieran parecer insignificantes como dar las gracias ante un gesto, no ocultaba su preferencia por Majorie. Su papá observaba y toleraba (al fin familia) dichas actitudes. Sabía lo que la rebeldía de los espíritus libres (él mismo era uno) provocaba en las mentes estrechas. Lo que no sabía era que Fabiola también era consciente de dicho trato desigual.
Aparentemente no le importaba, aunque un día no se quedó callada. Fue su propia madre quien se lo contó, no sin un dejo de admiración por la niña. Resulta que un día ambas niñas (Fabiola tendría 6 o 7 años y Majorie 3 o 4), estaban de visita en casa de su abuela, quien se disponía servirles el desayuno.
- Ven mi amor, ya está servido el desayuno mi cielo - dijo la abuela dirigiéndose a Majorie.
- Ya está el desayuno - dijo secamente a Fabiola.
Siguió insistiendo en un tono y otro para dirigirse a ellas. De pronto sintió la mirada inquisidora y retadora de Fabiola ("me recordó a la tuya" le confesaría su madre después) y, dado que no era tonta (aunque se victimizara diciendo que era una ignorante), cayó en cuenta y rectificó:
- Vengan mis amores, ya está servido el desayuno -
Fabiola la miró fijamente a los ojos y le dijo:
- Así está mejor -
A partir de ésta lección, su madre tuvo la oportunidad de corregir su actitud en el futuro para con Fabiola.
No lo hizo...

miércoles, 24 de mayo de 2017

Conferencia de prensa

Cubría la fuente financiera a finales del siglo pasado. Colaboró muy de cerca con uno de los dos bancos más importantes del país, cuya directora de comunicación social y relaciones públicas, Georgina Ferrer, le encargó algunas investigaciones periodísticas con miras a la integración del banco con una de las casas de bolsa más importantes de la época, para convertirse en uno de los primeros grupos financieros de México. Asistía a desayunos, cócteles, conferencias de prensa, y demás eventos relacionados con la institución. Tuvo oportunidad de convivir y conversar con periodistas financieros de la talla de  Eduardo Torreblanca Jaques, Alberto Aguilar y Enrique Quintana.
Cierto día recibió una llamada de Georgina. Habría por la tarde una conferencia de prensa y, después de ésta un cóctel en honor de un pintor cuya obra se exhibiría en la galería del banco al que, por supuesto, estaba invitado. Al término de la rueda de prensa platicaba con algunos colegas cuando Georgina Ferrer se acercó y le dijo:
- Ven, te presentaré con el señor Mazariegos, el presidente del banco.
Tras presentarlo cómo su investigador, Georgina acudió al llamado de uno de los meseros que atenderían a sus invitados.
Al quedarse solo con el mandamás del banco comentó, a manera de charla:
- Estuvo interesante la junta -
Mazariegos lo miro fijamente, endureció el rostro y pregunto:
- ¿Cuál junta? -
- La que acaban de tener- respondió.
- ¿Y quién lo invitó? Volvió a preguntar Mazariegos levantando levemente la voz.
Él buscó con la mirada a Georgina cómo pidiendo ayuda.
No tuvo oportunidad de responder, Madariaga le dijo molesto, en un grito contenido:
- ¡Cabrones! !Se meten a donde no los llaman!
Él, al borde de la angustia, balbuceó:
- Pe, pero a mi me invitó la licenciada Ferrer -
- ¿De que me estás hablando? - preguntó aún molesto Mazariegos.
De la junta que acaban de tener en el salón. Por el nombramiento del nuevo director - respondió nervioso.
Madariaga estalló en sonora carcajada, y mientras le pasaba el brazo por los hombros en un espontáneo abrazo, se encaminaron a la galería.
Mientras caminaban le ofreció disculpas y le dijo que previa a la conferencia de prensa había tenido una junta con sus directores a la cual, obviamente, no tenía acceso la prensa.
El cayó en cuenta que por el nerviosismo por estar frente al presidente de la institución se había referido a la "junta" en vez de a la "conferencia de prensa". Respiro tranquilo.
En ese momento llego Georgina Ferrer, quien debió ver la palidez en su rostro. Preguntó:
- ¿Pasa algo? -
Nada, repondieron ambos intercambiando miradas.
Madariaga llamó a uno de los meseros quien charola en mano, con copas de champagne y canapés, se acercó solícito. Tomó sendas copas y se las entrego. Levantó la suya y brindó con ellos.
- Atiéndanme bien al señor - les dijo refiriéndose a él, y se alejó aun sonriendo.
Georgina lo tomó del brazo y le dijo:
- Ven, te voy a presentar al pintor -
Por en trato posterior al malentendido, se sintió como un invitado de honor en la velada...

martes, 23 de mayo de 2017

Dialogo en Facebook

Facebook me trajo a la memoria una publicación de hace un año. Después de compartir ésta imagen, se desató la siguiente polémica con una gran mujer. Bellísima en todos los sentidos.

Valentina: ABSOLUTAMENTE. Éstas son las características del temperamento Melancólico. No es poesía, es puramente ciencia y biología.

Sebastián: El temperamento melancólico es una realidad para ciertas personas. La poesía es la intuición que se vuelve certeza en las palabras del poeta. El poeta no sabe de ciencia y de biología. Siente, percibe, intuye y refleja la naturaleza humana...

Valentina: Precisamente porque siente y percibe se da cuenta que cierto tipo de gente es así. Y esos son los melancólicos. Un poeta tiene que tener un grado del temperamento melancólico por fuerza.  Los melancólicos trabajan bien con la poesía pues a través de ella se expresan los sentimientos mas profundos, los cuales son mas claros para el melancólico. El melancólico es el único de los temperamentos que puede entender su temperamento, su inteligencia le hace verse desde afuera y entender hasta donde llega el espectro de sus sentimientos y de sus palabras para expresarlos, es el único que sabe que decir y como decirlo para provocar una reacción específica hablando del plano poético. Por eso la poesía, la escritura y las artes en general son la forma en la que un melancólico expresa su sentir. Un colérico encuentra la poesía como algo aburrido pues prefiere hablar en claro y de una sola vez, sin miramientos para el sentir de los demás o de cómo lo tomarán. Un sanguíneo a veces se acerca a la poesía pero fácilmente se aburre y busca otro tipo de expresión. Un flemático se acerca a la poesía pero puede fallar en entenderla en toda su magnificencia, malentendiendo algunos conceptos o entendiendo a medias, por la "flojera" de tener que analizar e interpretar lo que un poeta está tratando de expresar. El melancólico es el único que cuenta con una capacidad de análisis profundo en el momento de todo lo que pasa a su alrededor y por ende, de la poesía y la música y todas las artes. Yo soy melancólica y soy así.

Sebastián: Totalmente de acuerdo, pero entonces, en tu opinión, ¿es poesía o no? Digo, porque no conozco a ningún poeta que escriba a partir de su conocimiento de la ciencia y la biología. Cómo bien dices, el temperamento melancólico se inclina por las artes, y no por las ciencias o la biología. Todos los temperamentos ven las cosas en función de sus características de personalidad. No creo que una visión excluya el valor de las demás. Por lo visto tú tienes una visión científica y tu comentario intenta excluir la visión que tiene un poeta de lo que tu sólo ves cómo ciencia y biología. Para mi ambos son válidos, pero cada uno en su contexto. El contexto que vemos en la publicación es meramente poético. Ojalá la ciencia pudiera explicar las cosas, en unas cuantas líneas, como es capaz de hacerlo un poeta...

Valentina: Mmmmm... te enfocaste en el detalle equivocado. Claro que es poesía! mi visión no excluye la del poeta, solo la describe. Y yo NO SOLO VEO ciencia y biología. Y al contrario de lo que la gente se imagina, la ciencia es poesía en movimiento, porque explica de la forma más clara lo que de verdad existe, quitándonos velos de los ojos que nos hacen ver cosas que no existen, y nos muestra la verdadera belleza, que a veces somos incapaces de comprender.
Ahí te va la parte científica de la frase poética. La frase dice "cuanto mas inteligente, profunda y sensible es una persona, más probabilidades tiene de cruzarse con la tristeza". Y claro que si, porque una persona inteligente puede entender porqué la gente reacciona como lo hace y porqué  le afecta como le afecta. Utilizaré un ejemplo "de amor de pareja" para seguir en lo poético. Una persona inteligente entenderá que si su pareja no la trata como el o ella quisiera es porque la otra persona es diferente y tiene otras formas de expresar su cariño que no coinciden con las expectativas del otro. Al ser profundo y sensible, puede entender que esa reacción de su pareja es por diversas razones que tuvieron origen en su infancia, en las actividades de su vida, en sus experiencias y en la forma en que esa pareja ha reaccionado y se ha protegido o defendido del dolor. Y cuando lo entiende por ese profundo análisis, sentirá tristeza de saber que no podrá hacer que su pareja reaccione como el quisiera, o la/lo trate como él/ella quisiera. Pero como es inteligente, tendrá la oportunidad de ayudarle a salir de esa forma de ser y podría adaptarse a no esperar algo que no va a pasar y a aceptarlo como es, si no es que decide dejarlo en el caso más extremo. Pero de que tiene que enfrentarse con la tristeza precisamente por ser inteligente, profundo y sensible, eso qué ni qué. Por eso solo describí la parte científica de una gran verdad. Eso que escribió Alejandro Dolina en el post es UNA GRAN VERDAD. y LAS GRANDES VERDADES SON POESÍA. Por lo tanto, la poesía es científica porque describe lo que en realidad sucede en el corazón de la gente.....y eso es muy fuerte.

Sebastián: Perdón, en tu primer comentario dijiste que NO era poesía. Mis comentarios partieron a partir de esa aseveración. Y entrando, como lo planteas, en el terreno de lo psicológico, una persona en una situación cómo la que ejemplificas (historia de vida, expectativas no cumplidas, pesar por no ser correspondido de la misma manera), es mas víctima de la tristeza, que se origina en una baja auto estima. La inteligencia que hace caer en el estado de tristeza al que se refiere el texto tiene, creo, que ver mas con el entendimiento que se tiene del mundo y de la imposibilidad de modificarlo. De adaptarse a él. De saber que, por ejemplo, estará solo si no se adapta, pero prefiere (elige) esa soledad a enmascararse para lograr esa aceptación. Vivir en esa tristeza con inteligencia emocional para no paralizarse. Para no caer en apegos, en dependencia o codependencia emocional y tener la suficiente fuerza y el suficiente valor para salir de esa situación y buscar o aceptar a quien esté  dispuesto a construir una relación (siguiendo con tu ejemplo) como la que quiere, (no como la necesita, no como la que le mandan sus instintos).
La tristeza que el melancólico profundiza  a partir de su inteligencia, Nietzche la planteo así:
"El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, estarás sólo y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo".
Jiddu Krishnamurti de ésta forma:
"No es sano estar adaptado a una sociedad profundamente enferma".

Valentina: Estoy de acuerdo contigo.

Sebastián: Y perdón, pero creo que la única parte cercana a la ciencia en la poesía, es la métrica...

Valentina: Ok...


Quizá las ideas expresadas no soporten el análisis riguroso de un experto en el tema pero, ¡caray, cuánta falta hacen conversaciones así!...

*Se corrigieron detalles de ortografía, pero se respetó en su totalidad la redaccion...


jueves, 18 de mayo de 2017

De lengua me como un taco

Después de un maratón de la Muestra Internacional de Cine de 1985, en el Centro Cultural Universitario y la Cineteca Nacional, se dirigió a su trabajo en la agencia de noticias. Pensó en dormir unas horas antes de comenzar su jornada. Se le antojó el sopor de una cerveza, y su estomago le recordó que no había cenado. Urgó en sus bolsillos y encontró treinta pesos. Hizo mohín al pensar que tendría que decidir si comía o bebía pues solo le alcanzaba, o para la cerveza, o para una torta. Buscó en su escritorio algunas monedas olvidadas. Nada. Se le ocurrió cómo matar dos pájaros de un tiro.
Era casi media noche, pero decidió visitar a Chucho, su cantinero de confianza y se dirigió al Salón Palacio, uno de los templos de los periodistas, del que era cliente asiduo.
De lejos observó que, como todas las noches, estaba en la entrada la esposa del director de un popular pasquín de la época esperando para llevarlo a casa. Ya dentro y mientras se dirigía a la barra reconoció a varios colegas de El Nacional y El Día, diarios de la época. Saludo a Venancio, el licenciado "Chanclotas" y observó que, en una de las mesas del fondo se encontraba Kaamik Zamora (en algún tiempo su rival de amores), un arrogante periodista cuyo físico no le permitía negar su origen yucateco, del cual siempre sintió un gran orgullo que yo envidiaba. Se saludaron fríamente con una leve inclinación de cabeza. Ya instalado en la barra, exclamo a manera de saludo:
- ¿Qué hay cabrón? -
- ¿Qué haces por acá tan tarde?. Ya estamos por cerrar - respondió Chucho, su eterno trapo al hombro.
- Ando sediento y hambriento. Dame una cerveza por favor -
Mientras Chucho destapaba la Montejo, le preguntó si tenía algo de botana.
- Ya cerró la cocina, pero deja ver si te consigo algo -
Era un hombrón de 1.80, con el aire tosco del hombre de campo. Sentía por él cierta admiración por la paciencia que mostraba con los borrachos (incluido él), que solían mentarle la madre sólo porque sí, cómo un efecto secundario del alcohol. Chucho, impasible, solo los miraba mientras limpiaba la barra o secaba y acomodaba los vasos. En los años que lo trató, nunca le vio perder la compostura.
A los diez minutos regreso con un plato rebosante de un guiso en caldillo de jitomate de algo que parecía carne y un altero de tortillas.
- ¡Gracias Chucho! ¡Te luciste! ¿Qué es? - pregunto por impulso.
- Lengua de res - respondió Chucho indiferente.
A su memoria vinieron todas las veces que se quedó sin comer en casa cada que su madre cocinaba mollejas, hígado, tripas, riñones y... lengua. Tragó saliva y pensó en su hambre. Pensó también, mientras se llevaba el primer trozo de lengua a la boca, que la generosidad de Chucho no merecía un desaire. Saboreó el bocado. Se sorprendió. ¡Estaba riquísima! Devoró hasta el último trozo.
No ha vuelto a comerla...

jueves, 4 de mayo de 2017

Primera Comunión

De visita en casa de su tía Leonor (la única que junto con su padre lo consentía), se enteró que Samuel, hijo de su prima Gabriela, haría la primera comunión. Expresó su gusto y felicitó al niño.
- De hecho, hemos pensado en ti para que seas el padrino -
Agradeció la invitación, pero se excusó manifestando que no le agradaba adquirir ese tipo de compromisos.
- Además sabes que soy ateo -
Su tía se unió a la insistencia:
- Pero somos familia. No le dirás que no a la familia...
Guardó silencio e incómodo les dijo que lo pensaría.
Al llegar a su casa mas tarde, su madre lo recibió con un "¿cómo qué no quieres apadrinar a tu sobrino en su primera comunión?".
Le respondió lo mismo que a su prima, que no le gustaba adquirir ese tipo de compromisos y abundó:
- Además, siendo ateo, no se si sea lo más adecuado. Hasta donde sé el padrino debe ser creyente. Su responsabilidad es guiar al ahijado por el camino del catolicismo. Obviamente no soy el indicado -
Siguieron semanas de llamadas de su prima y de su tía insistiendo en el tema. Al complot se unieron su hermana y su madre. Le pidieron que aceptara, que era una deferencia que no podía rechazar.
Lo estuvo pensando por días, pero a su aversión por los compromisos familiares y a su condición de ateo, se sumaba el ruido que le hacía el que su prima y su tía no se llevaran bien. Ninguna de las dos perdían la oportunidad de hablar mal de la otra. Cuando las visitaba le tocaba escuchar lo que cada una le decía de la otra cuando se quedaba a solas con ellas.
Finalmente dada la presión, pero principalmente por su sobrino, aceptó. Se puso de acuerdo con su prima para ir a comprar el ajuar y demás accesorios para la ceremonia, la cual sería el la iglesia de
ubicada en Gabriel Mancera en la colonia Del Valle.
Ya en la iglesia pensó en arrepentirse cuando, en plena ceremonia y frente al altar, su tía y su prima comenzaron a discutir. Pero decidió que, con todo en marcha, disfrutaría de la alegría de su sobrino. Al terminar la ceremonia hubo una comida en casa de su tía.
Antes de aceptar el compromiso visitaba a su tía cada ciertos años. Las cosas no cambiaron. Por supuesto no guió a Samuel por el camino del catolicismo y éste tampoco mostró mucho interés en ponerse en contacto con él. Pensó que era un caso más en el que las formas están por encima del fondo.
Muchos años después, ya adulto Samuel, llamó a su tía para saludarla y saber como estaba. Contestó su prima.
- ¡Oye, estoy muy enojada contigo! -
- Ehhh. ¿Puedo saber por qué? -
- ¿Por qué no me dijiste que eras ateo? ¡Ahora resulta que la primera comunión de Samuel no vale! ¡Tendrá qué hacerla otra vez! -
No se sintió con ánimo de discutir.
- ¿Me comunicas con mi tía?...