jueves, 13 de abril de 2017

Viaje Musical (3)

En cuanto al rock nacional, lo siguió a partir de conocer a Spiders, un grupo de Guadalajara que cantaba en inglés. Después, La Revolución de Emiliano Zapata antes de devenir en grupo de baladas románticas. Dangerous Rhytm, Sombrero Verde (que después se convertirá en Maná), Rostros Ocultos, el Mask de José Fors, Iconoclasta, Chac Mool y un grupo extraordinario de rock progresivo que conoció cuando fueron a tocar a CCH Naucalpan: Música y Contracultura. Tuvo la oportunidad de ver en Rocotitlán a Las Insólitas Imágenes de Aurora, el antecedente de Caifanes.
La Cuca, La Maldita Vecindad y los hijos del quinto patio, Café Tacuba, Santa Sabina, La Lupita, Kenny y los Eléctricos, Jaime López, Real de Catorce y un largo etcétera.
En su camino también aparecieron bandas latinoamericanas y españolas: Soda Stereo, Charly García, Sui Generis, Seru Giran, Rata Blanca, Enanitos Verdes, Los Fabulosos Cadillacs, Duncan Dhu, Radio Futura, Los Héroes del Silencio, Los Toreros Muertos, Asfalto, Jarabe de Palo.
En su primer trabajo formal conoció a Paco, quien lo acercó al folclor latinoamericano: Inca Taki, los Kalchakis, Atahualpa Yupanqui, Victor Jara, Guadalupe Trigo y varios más. A través del él conoció también a Guadalupe Pineda y Tania Libertad.
A Marcelino, un bulleador mimado quien lo indujo a Supertramp y le presto el París, el mejor disco en vivo que ha escuchado en su vida.
También a Luis, un "pequebu" (pequeño burgués) de la Narvarte, quien era constantemente "bulleado" por el aspecto andrógino que le daba el gran parecido que tenía con su hermana, una mujer bellísima. Con el conoció a Luis Eduardo Aute, Joan Manuel Serrat, Victor Manuel, Ana Belén, Fernando Delgadillo y a Miguel Ríos.
En los 90, de la mano de Radioactivo, conoció a The Black Crowes, Pearl Jam, Oasis, Foo Fighters, Coldplay (la versión soft de Radiohead), Silverchair, Rage Against the Machine. Alejandro Ruiz, un chavillo rockero que trabajó con él, le "donó" el Fourteen Thousand Three Hundred Eighty Four Days Later de Human Drama, el segundo mejor disco en vivo que ha escuchado (solo detrás del París de Supertramp).
Se volvió fan de la poesía de Fito Páez a partir del Euforia.
En los albores del nuevo siglo ya con Reactor 105 como nueva guía, conoció a Yeah, Yeah, Yeahs, The White Stripes, y Audioslave. También a The Strokes, The Killers, Mago de Oz y Muse, que fueron recomendaciones de su hijo adolescente.
En 2005 se formó dos horas en el Mixup de la Zona Rosa para ser uno de los primeros en comprar el Frances The Mute de los texanos The Mars Volta (promoción lanzada por Reactor para llevarte de regalo el Live at the Electric Ballrooms de la mismo grupo), banda que de entrada lo impresionó, aunque en una escucha más atenta sonaba a todo (Rush, Camel, Pink Floyd, King Crimson, Genesis).
Se volvió admirador de la interpretación de Andrés Calamaro, El Salmón,  desde que llegó a sus manos el Tinta Roja, y de su lírica en los discos de su autoría.
Sabedora de su curiosidad musical, su hija le compartió a Linkin Park y a Slipknot.
El último grupo que lo impresionó fue Radiohead a los cuales, en un principio,  se negó a escuchar más allá de Creep. La canción  no le prometía mucho de la banda. Pensó que Tom Yorke y compañía no iban más allá de la sencillez de esa rola. Muchos años después, durante una reunión, un amigo músico lo invito a escuchar un disco.
- Te va a gustar -
Se olvidó de la conversación. No pudo dejar de prestar atención a la musica que salía de las bocinas.
- ¿Quién toca? ¿Qué disco es? - preguntó.
- Ah, es el OK Computer de Radiohead -
El siguiente fin de semana se lanzó a comprar toda la discografia. Se convirtió en su banda favorita. Considera que es, sin la psicodelia, el grupo más experimental desde Pink Floyd.
Hoy, sigue a la espera de algo nuevo que lo conmueve o lo impresione...

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